Descubre aqui las señales principales
Considerando que el desarrollo infantil es un proceso complejo y dinámico que abarca múltiples áreas del funcionamiento humano, como: la cognición, el lenguaje, la motricidad y las habilidades sociales. A veces, este desarrollo puede verse afectado por diversos factores, resultando en trastornos del neurodesarrollo los cuales afectan la calidad de vida de los niños y sus familias. Reconocer estos problemas a tiempo y buscar intervención temprana puede marcar una gran diferencia en el pronóstico y bienestar de los niños. Tanto la detección y el tratamiento temprano son cruciales para maximizar el potencial de los niños con trastornos del neurodesarrollo debido a la neuroplasticidad del cerebro infantil que permite que las intervenciones a edades tempranas sean más efectivas, mejorando significativamente las habilidades cognitivas, sociales y emocionales.
SEÑALES DE ALERTA TEMPRANAS:
Para los padres, es crucial estar atentos a las señales tempranas de problemas del neurodesarrollo. Algunas de ellas pueden incluir.
- Retrasos en el habla o el lenguaje: Si un niño no balbucea a los 12 meses, no dice palabras a los 16 meses o no usa frases de dos palabras a los 24 meses.
- Pobre contacto visual: Evita el contacto visual o no responde a su nombre.
- Falta de interés en jugar con otros niños: Prefiere jugar solo y no muestra interés en juegos interactivos.
- Conductas repetitivas: Movimientos inusuales como aleteo de manos, balanceo o insistencia en rutinas específicas.
- Dificultades en la atención: Inhabilidad para concentrarse en actividades adecuadas para su edad o comportamiento excesivamente impulsivo.
Principales Trastornos del Neurodesarrollo:
Los problemas del neurodesarrollo infantil pueden ser desafiantes, pero con detección e intervención tempranas, es posible mejorar significativamente la calidad de vida y el desarrollo de los niños, citamos aquí algunos de ellos:
1. Trastorno del Espectro Autista (TEA): Se caracteriza por dificultades en la comunicación y la interacción social, así como comportamientos repetitivos y restringidos. Los síntomas pueden variar ampliamente en gravedad.
2. Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH): Incluye dificultades para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad que son inadecuadas para la edad del niño.

3. Trastornos del Aprendizaje: Como la dislexia, dislalia y discalculia, que afectan la capacidad del niño para leer, hablar y realizar cálculos matemáticos, respectivamente.
4. Discapacidad Intelectual: Implica limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en el comportamiento adaptativo, que se manifiestan en habilidades conceptuales, sociales y prácticas.
5. Trastornos de la Comunicación: Problemas en el desarrollo del lenguaje y la comunicación, que pueden incluir dificultades para pronunciar palabras, usar el lenguaje para expresar ideas y comprender lo que otros dicen.
Beneficios de la Intervención Temprana:
- Mejora en el desarrollo del lenguaje y la comunicación: Terapias de habla y lenguaje pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades cruciales para la interacción social y el aprendizaje académico.
- Aumento de habilidades sociales y emocionales: Programas de intervención pueden enseñar a los niños a interactuar de manera más efectiva con sus compañeros y manejar sus emociones.
- Reducción de comportamientos problemáticos: Técnicas de modificación de conducta pueden disminuir las conductas disruptivas y promover comportamientos positivos.
- Apoyo a la familia: Las intervenciones no solo benefician al niño, sino que también proporcionan estrategias y apoyo a los padres, ayudándoles a entender y manejar mejor las necesidades de sus hijos.

Acciones a tomar en cuenta:
Si sospechas que tu hijo puede tener un trastorno del neurodesarrollo, es esencial tomar medidas inmediatas.
- Consultar con un Profesional de la Salud: Hablar con el pediatra de tu hijo sobre tus preocupaciones. Ellos pueden derivarte con especialistas como neurólogos, psicólogos o terapeutas del habla.
- Evaluación Temprana: Buscar una evaluación completa por parte de un equipo multidisciplinario para obtener un diagnóstico preciso y detallado.
- Participar en Programas de Intervención: Inscribir a tu hijo en programas de intervención temprana diseñados para abordar sus necesidades específicas.
- Educación y Apoyo Familiar: Buscar grupos de apoyo y recursos educativos para aprender más sobre el trastorno y cómo puedes ayudar a tu hijo en casa y en su entorno diario.


Si tienes preocupaciones sobre el desarrollo de tu hijo, no dudes en buscar ayuda profesional. Recuerda, cuanto antes se inicie el tratamiento, mejores serán los resultados a largo plazo. Tu acción oportuna puede marcar una diferencia crucial en el futuro de tu hijo.